Tres personas fueron asesinadas en el interior de una iglesia en la población de Cerocahui, en el estado de Chihuahua, en el norte de México. Dos de las víctimas eran sacerdotes jesuitas.
Los cuerpos de los clérigos, identificados como Javier Campos Morales, de 78 años y Joaquin Césaer Mora Salazar, de 80 años, así como el de la tercera víctima, Pedro Eliodoro P. G., fueron robados y aún se desconoce su paradero.
A través de un comunicado, el gobierno del estado confirmó que los sacerdotes fueron asesinados alrededor de las 6 de la tarde del lunes, hora local, junto a otra persona que buscó refugiarse de la agresión dentro del templo, hasta donde lo siguió el atacante.
Tras lo ocurrido, se activó un operativo en coordinación con la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa para salvaguardar a los pobladores del lugar, informaron las autoridades.
El incidente ha consternado a la comunidad jesuita del país, que a través de un comunicado de prensa ha pedido protección al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en las zonas con fuerte presencia del crimen organizado.
El mandatario este martes, en su conferencia de prensa matutina, reconoció los altos índices de violencia que enfrenta la sierra de Tarahumara, donde se ubica Cerocahui, en el norte del país.
El presidente confirmó la versión de las autoridades e indicó que el guía turístico era perseguido cuando intentó resguardarse en la iglesia.
Antes de los asesinatos, también en Chihuahua, se reportó el secuestro de cuatro turistas; dos hombres, una mujer y un menor de edad. Ninguno ha sido encontrado todavía.
Por su parte el Papa Francisco lamentó hoy los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Mora y Joaquín Campos, así como su cercanía con la Compañía de Jesús, asegurando también que la violencia no resuelve los problemas.
Ya en otras ocasiones, el pontífice ha expresado su consternación por la violencia en México, ocasionada por los carteles de la droga. Incluso su exnucio en el país, Franco Coppola, realizó un viaje a la llamada Tierra Caliente de Michoacán para constatar personalmente esta situación de violencia.